Misión

Misión: Ser un sitio que brinde ayuda de manera oportuna a cada uno de los lectores teniendo como base la Palabra de Dios.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Devío

Hebreos 2: 1-9


"Por tanto, es necesario que con más diligencia  atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos". Hebreos 2: 1


En la película de 1923 Our Hospitality (Nuestra hospitalidad), el comediante y acróbata Buster Keaton realizó una osada proeza cerca de una cataratas. Una cuerda de aguante, llamada cable de "retención", escondida en el agua y atada a él, le impedía ser llevado hacia las cataratas.


Durante la filmación, el cable se rompió, y Keaton fue arrastrado hacia las cascadas. Él se las arregló para asirse de una rama que colgaba, a la que se aferró hasta que el equipo pudo rescatarlo. La dramática escena aparece en la película terminada.


Ser desviado hacia peligros no buscados puede dar resultado para las emocionantes secuencias de una película. sin embargo, en la vida real los peligros de este tipo generalmente se marcan con señales de advertencia para evitar que las personas se aventuren por caminos que les causen daño.


De manera similar, la Biblia nos ha brindado señales de advertencia en cuanto a desviarnos de la seguridad de la Palabra de Dios. "Por tanto, es necesario que con más diligencia  atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos" (Hebreos 2: 1).


Es fácil desviarnos cuando no nos aferramos a la Palabra de Dios por medio del estudio y la reflexión. Al igual que una corriente rápido, las atracciones de este mundo caído nos llevan hacia el pecado. Pero al meditar en las Escrituras y buscar la guía del Espíritu Santo, aprendemos la realidad de nuestra ancla espiritual y nos mantenemos seguros, incluso en los peligros de la corriente del mundo.


La brújula de la Palabra de Dios te mantendrá lejos del naufragio espiritual.

martes, 30 de noviembre de 2010

Secretos expuestos

Lectura: Salmo 32: 1-7


"Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Y tú perdonaste mi maldad y mi pecado". Salmo 32:5


Por muchos años, el Lago Okeechobee escondió muchos secretos en sus densas aguas y en sus capas de fango. Sin embargo, en 2007, la una canícula secó este lago hasta alcanzar su nivel más bajo desde que se hubieran hecho registros oficiales en 1932, revelando cientos de años de historia. Al rastrillar el lecho del lago, los arqueólogos encontraron artefactos, cerámica, fragmentos de huesos humanos e incluso botes.


Después de que el rey David cometiera adulterio con Betsabé y planeara la muerte del esposo de esta, Urías, cubrió sus pecados negándolos y no confesándolos. Probablemente pasó muchos meses llevando a cabo sus asuntos, como de costumbre, e incluso realizando deberes religiosos. Todo el tiempo que David mantuvo sus pecaminosos secretos encubiertos experimentó el aplastante dedo acusador de Dios y su fuerza se evaporó como agua en el calor del verano.


Cuando el profeta Natán confrontó a David con respecto a su pecado, la convicción de Dios fue tan grande que David confesó sus pecados al Señor y se alejó de ellos. De inmediato, Dios perdonó a David y este experimentó Su misericordia y gracia.


Tengamos cuidado de no ocultar nuestro pecado. Cuando ponemos al descubierto nuestros pecados, confesándolos a Dios, quedaos cubiertos con su perdón.


Dale a Dios lo que Él desea más que nada: un corazón quebrantado y arrepentido.

viernes, 26 de noviembre de 2010

El problema de la autosuficiencia

Lectura: Apocalipsis 3:14-22


"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!" Apocalipsis 3:15


La ciudad de la Laodicea tenía problemas con el agua. Una de las ciudades cercanas contaba con fabulosas fuentes termales y otra tenía agua fresca y cristalina. Sin embargo, Laodicea debía aguantarse con un agua tibia y cargada de minerales que sabía a azufre. No era ni caliente ni fría. Era simplemente asquerosa.


Ante esto, las palabras de Jesús a los creyentes laodicenses, en Apocalipsis 3, probablemente les impactaron. Dios les reprendía por no ser "fríos no calientes". Y, cuando pensaba en ellos, sentía ganas de vomitar, justo el efecto del agua que ellos tenían para beber.


¿Cuál era su problema? El pecado de la autosuficiencia. Los laodicenses se habían enriquecido tanto que habían olvidado lo mucho que necesitaban a Jesús. Cuando decimos que tenemos todo lo que necesitamos, pero Jesús no encabeza la lista, Él se ofende profundamente. La autosuficiencia nos aleja de buscar las cosas que realmente necesitamos y que sólo el Señor nos puede dar. Si prefieres tener dinero en lugar de carácter, si tus tarjetas de crédito están al máximo y tu rectitud al mínimo, si te has vuelto astuto, pero no eres sabio, has realizados tus compras en todos los lugares equivocados. Jesús ofrece productos que son muchísimo mejores. Él está llamando a la puerta de tu corazón. Déjalo entrar. ¡Te dará todo lo que realmente necesitas!


Siempre tenemos suficiente cuando Dios es nuestra provisión.

jueves, 11 de noviembre de 2010

La diferencia que marca la oración

Lectura: Apocalipsis 8:1-5 


Subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos. Apoc. 8:4


¿Impacta realmente la oración en nuestro mundo? ¿O sólo se trata de na conversación privada con Dios? 


Un matrimonio de Nueva Jersey supo que un hombre había salido de la cárcel y vivía en su vecindario, y comenzaron a orar por él. Luego lo visitaron y lo invitaron a un desayuno semanal para ex criminales como él. Ahora, 22 años después, los hombres más despreciados de la zona tienen un lugar donde los reciben y respetan.


¿Qué sucedería si cumpliéramos literalmente el mandamiento de Jesús de amar a nuestros enemigos y orar por quienes nos persiguen? ¿Y si se nos conociera por acercar el cielo a personas marginadas y desagradables?
En Apocalipsis, el apóstol Juan prevé una conexión directa entre el mundo visible y el invisible. En un momento culminante de la historia, el cielo queda en silencio. Siete ángeles se ponen de pie con sus trompetas y esperan. Impera el silencio, como si todo estuviera escuchando en puntillas. Luego, un ángel recoge las oraciones del pueblo de Dios en la tierra- oraciones llenas de alabanza, lamento, abandono, desesperación y ruego- las mezcla con el incienso y las presenta delante del trono de Dios. El silencio finalmente se rompe cuando estas son arrojadas a la tierra y desatan una tormenta de "truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto" (v. 5)


El mensaje es claro. Las oraciones son esenciales en la victoria sobre el mal, el sufrimiento y la muerte.


La obra de Dios la realizan los que oran.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Él es suficiente

"Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tengan ánimo; soy yo, no teman!" Mateo 14:27


A veces la vida nos abruma. Las violentas olas del desengaño, las deudas sin fin, las enfermedades que nos debilitan o los problemas con otras personas pueden ocasionar desesperanza, depresión y desesperación. También les sucedió a los discípulos de Jesús. Y también me ha pasado a mí.


Tres afirmaciones del Señor nos ofrecen consuelo, seguridad y esperanza de que Jesús es suficiente. La primera la encontramos en Mateo 4, y se repite tres veces: "Escrito está" (vv.4, 7, 10). En respuesta a las tres tentaciones de Satanás, Jesús dio suficientes pruebas de que la Palabra de Dios es cierta y sobrepasa a las más poderosas formas de tentación y opresión.


La segunda afirmación: "Soy soy", (Mateo 14:27) fue pronunciada cuando Jesús les dijo a sus aterrorizados discípulos que Él mismo era suficiente para detener la atronadora tempestad y calmar las furiosas aguas.
Jesús pronunció la tercera afirmación desde la cruz: "Consumado es" (Juan 19:30). Él nos aseguró que Su muerte fue la provisión suficiente para pagar la deuda de nuestros pecados y hacernos libres. 


Sean cuales sean nuestras circunstancias, Jesús está presente con Su amor, compasión y gracia. Él es la prueba, la presencia y la provisión necesaria para conducirnos con seguridad hasta el final.


El amor de Dios no evita nuestras pruebas, sino que nos ayuda a  atravesarlas.

jueves, 14 de octubre de 2010

Rescate milagroso

"Él es quien rescata del hoyo tu vida", Salmos 103:4


¡Qué maravilloso es observar lo que ha transcurrido en estos últimos días!

El mundo entero fue testigo de un rescate milagroso en que 33 mineros quedaron sepultados en el interior de una mina en la localidad de Copiapó en el norte de Chile. Tras una larga espera de 69 días y a una profundidad de 700 metros, cada uno de los mineros pudieron salir sanos y salvos a través de una exitosa operación de rescate. Sin embargo, lo que más llama muestra atención es la cantidad de enseñanzas que nos deja este acontecimiento histórico. El trabajo en equipo y perseverancia por parte de las autoridades de Chile, la unidad de todo un país, el apoyo y deseos de éxito de más de 1 billón de personas a nivel mundial son algunos ejemplos que debemos de imitar.


Pero hay algo más profundo aún, y se trata centra en una afirmación que hace el escritor del salmo 103 en el verso 4 específicamente. "Él es quien rescata del hoyo tu vida". Muchas veces tendemos a estar en situaciones en las que no deseamos estar ya sea porque hayamos tomado una decisión errónea, o bien puede ser por nuestra inmadurez, o aún peor, por negligencia, rebeldía y dureza de corazón. No importan las razones, sientes que estás en un hoyo tan profundo que impide que tus ojos vean la salida. Haz intentado por todos los medios salir, sin embargo, todas las posibles salidas no te conducen a la tan ansiada salida. Y a medida pasan los días, meses e incluso años, tus esperanzas menguan así como tu fe; experimentas esa horrible sensación de soledad y abandono; te das cuenta que tu ánimo se encuentra desnutrido, que tus ojos no hayan orientación por la falta de la indispensable Luz que pone todo en evidencia y observas que tu realidad es no tener escapatoria.


Pero hay algo tan real y maravilloso que provoca en ti una maravillosa sensación que todo se puede revertir. Justo en el momento en el que tu fe se encuentra calcinada, ves la mano poderosa de Dios extendiéndose diciéndote "Ven, tómame, estoy rescatando del hoyo tu vida." 
Puede que hoy te encuentres en ese hoyo tan profundo que te hace infeliz o puede que estés cayendo a los niveles más bajos de gracia. No importa, Dios extiende su suficiente misericordia con el fin de darte paz, consuelo y ánimo. Así como cada uno de los 33 mineros rescatados que experimentaron la felicidad al tener libertad, Dios te ofrece HOY la oportunidad de ser redimido de las ataduras que te mantienen cautivo. Sólo acércate al Trono de la Gracia y te encontrarás con la mano de Dios arropándote de tal manera que llorarás de alegría.


¡Qué maravilloso es darse cuenta de esa realidad! Hay alguien que nos presta su oportuna ayuda para que podamos encontrar la libertad y felicidad.


La mano de Dios está siempre extendida para rescatarnos del hoyo más oscuro y solitario.
   

martes, 12 de octubre de 2010

Da un paso a la vez

Estoy completamente convencido que han habido momentos en tu vida donde has meditado de tal manera que has llegado a la conclusión de la necesidad que tienes de comenzar de nuevo para lograr ser una mejor persona.

Sabías que en un centro comercial en Coventry, Inglaterra, unos investigadores colocaron coloridos anuncios a lo largo de las barandillas de una escalera que decían: "Subir las escaleras protege su corazón". A lo largo de un periodo de seis semanas, el número de personas que eligieron subir las escaleras tradicionalmente en lugar de las escaleras eléctricas que había al lado se elevó a más del doble. Los investigadores dicen que cada paso cuenta, y que el comportamiento a largo plazo sólo cambiará si los anuncios se ven con regularidad.

La Biblia está llena de "anuncios" que nos instan a obedecer al Señor y seguirle  incondicionalmente. Justo antes de que el pueblo del Dios entrara en la tierra prometida, Dios le dijo: "Mira, yo te he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal: [...] escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia; amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días" (Deuteronomio: 30:15, 19-20).

Muy a menudo esperamos que nuestras vidas cambien por medio de un gigantesco salto de fe, una profunda decisión o algún acto significativo de servicio. En realidad, la única manera en que cambiamos es dando un paso cada vez; y cada paso cuenta. Prestemos hoy atención y demos un paso de obediencia sincera hacia el Señor.

Un pequeño paso de obediencia es un gigantesco paso hacia la bendición.