A veces la vida nos abruma. Las violentas olas del desengaño, las deudas sin fin, las enfermedades que nos debilitan o los problemas con otras personas pueden ocasionar desesperanza, depresión y desesperación. También les sucedió a los discípulos de Jesús. Y también me ha pasado a mí.
Tres afirmaciones del Señor nos ofrecen consuelo, seguridad y esperanza de que Jesús es suficiente. La primera la encontramos en Mateo 4, y se repite tres veces: "Escrito está" (vv.4, 7, 10). En respuesta a las tres tentaciones de Satanás, Jesús dio suficientes pruebas de que la Palabra de Dios es cierta y sobrepasa a las más poderosas formas de tentación y opresión.
La segunda afirmación: "Soy soy", (Mateo 14:27) fue pronunciada cuando Jesús les dijo a sus aterrorizados discípulos que Él mismo era suficiente para detener la atronadora tempestad y calmar las furiosas aguas.
Jesús pronunció la tercera afirmación desde la cruz: "Consumado es" (Juan 19:30). Él nos aseguró que Su muerte fue la provisión suficiente para pagar la deuda de nuestros pecados y hacernos libres.
Sean cuales sean nuestras circunstancias, Jesús está presente con Su amor, compasión y gracia. Él es la prueba, la presencia y la provisión necesaria para conducirnos con seguridad hasta el final.
El amor de Dios no evita nuestras pruebas, sino que nos ayuda a atravesarlas.